Un ejército de fletes arranca al amanecer bajo un enorme ploteo con la cara del Che. Hay una casa siendo vaciada. Hay un remate en el barrio de Flores. Los clientes llenan el lugar, ansiosos por comprar todo tipo de objetos, tanto útiles como bellos, rotos o absurdos. Charlan, cenan, festejan sus cumpleaños, arropan a sus hijos. Pero casi no existe filtro a la hora de pelear por el mejor precio aquello que pertenece a los muertos, fugitivos y los exiliados. Cada vez está más cerca la Navidad.